Waves
2006Carteles lacados con pintura de coche tornasolada
Car paint on billboards
Jardín Botánico. Madrid 2007.
Galerie Isabelle Lesmeister.
(Videolink)
En el extrarradio, al sur de las ciudades, abundan los no-lugares: descampados, solares, arcenes o bajo puentes, espacios donde nadie está, por donde todos pasamos y en los que nadie se detiene salvo “la empresa anunciadora”. Los carteles que ésta impone y acumula allí, donde todo es tránsito, no son una metáfora del tiempo; sino el tiempo mismo mostrando uno de sus cuerpos. Cada nuevo anuncio es un hecho que anula y sepulta a los hechos pasados; que se exhibe y se alza sobre ellos como sobre un creciente montón de cadáveres.
Con esta materia-tiempo, ha creado Iván Pérez sus últimas obras, una serie de olas monocromas pintadas a pistola. Las piezas tienen el dinamismo y la fuerza de una carrocería retorciéndose en el momento del impacto; también el de aquello, que se autodestruirá en cuestión de segundos. Alguien escribió: cuando digo “en este instante” ya pasó el instante, la materia-tiempo resucitada por el artista en estas olas, rompe esa ley tan verdadera en nuestros días; pues ahí está el instante, detenido justo antes de su disolución. Fotografía sin cámara.
No son estos, sin embargo, los únicos límites que se fuerzan. Asombra, a pesar de su pigmentación industrial, el aspecto extrañamente natural de las piezas; aspecto de cosa no creada, como llovida del cielo o producida por un árbol. Esta confusión de lo artificial y lo vivo, es especialmente significativa en un mundo en el que lo industrial parece haberse naturalizado. Un mundo que el artista combate volviendo contra él sus propias armas; reciclando sus residuos en olas; convirtiendo el tiempo muerto en constante presente; transformando la contemplación práctica, en contemplación desinteresada y desconcertada, ante el poder de sugerencia de estas piezas rescatadas del no-lugar y su indeterminación.
Miguel Castro.