27 Euro Cents Nailed in a Crumb.


2018.






Jaime Rodriguez Alba.

Al pan pan…


Sostenía Hesíodo que el hombre es un “comedor de pan”. Una de esas gloriosas definiciones que pasan a la historia del pensar, como aquella que diera Platón (“bípedo implume”) motivando por cierto la ironía de Diógenes quien, desplumando una gallina hizo con la definición un hombre muy a la medida del tiempo. Gallinas comedoras de pan podría ser entonces la síntesis de esta historia. Y a propósito de todo este asunto del pan, todos sabemos su fundamental dimensión simbólica en nuestra cultura: panes ácimos y panes leudantes motivaron cruentos enfrentamientos entre partidarios de la Iglesia de Bizancio y la otra allá en las postrimerías el año 1000. ¡No cualquier pan alberga el cuerpo de cristo!.

Ya en los fines del XIX y comienzos de XX recuerdo la obra de Kropotkin, “La conquista del pan”, donde se avanza en sus ideales sobre la ayuda mutua. Curioso título, todos sabemos lo costoso que ha sido siempre “ganarse el pan, con el sudor de la frente”. Símbolo pues de lo humano del hombre el pan nos sitúa ante esa topología misteriosa en la que las manos, generalmente femeninas, en las casas y los caserones, friegan la harina y la refriegan, con la mezcla oportuna, para sentar este alimento que ha sido la salvaguarda de la vida humana misma. Durante siglos base del alimento y como bien sabemos, hasta el alimento mismo.

¿Qué nos sugiere esta imagen que nos deja Iván Pérez? En lo inmediato es una visualización del valor de uso, para un marxista, en relación al valor de cambio. El pan frente al dinero, al euro. El pan además se toma, intuitiva y estadísticamente, como indicio del valor del dinero: de la inflación. Pero si apuntamos un poco más allá de este sentido explícito, podemos preguntarnos si esa suerte de incrustación no nacarada de monedas de céntimos de euro en esa intimidad sabrosa del pan que es su miga, no será una suerte de trasposición que nos denuncia algo realmente terrible: en vez de al “pan pan, y al vino vino”, se avecina esta imagen: “pan con euro”. Ni que decir tiene que ese pan ha perdido totalmente su valor de uso y en sí se convierte en este régimen de signos que significan por sí mismos y sobre sí mismos: metáfora misma del fluir constante de un valor que se aleja de esencia misma de la vida. “No sólo de pan vive el hombre”, se nos aviene a la mente. Pero lo más dramático: un pan con euro ha dejado ya de ser pan. Soporte de un valor desvalorizado, este pan se nos presenta como la arcilla misma sobre la que se sienta el absurdo de una política, y lo que es más grave una cultura, que transforma todo lo auténtico, todo lo que nos define, en régimen de signos que circulan sin más fin que el propio transcurrir en busca de un depósito que albergue o sedimente un valor ya alejado de la vida.

La imagen que nos presenta Iván Pérez se puede interpretar como una

provocación a pensar cómo esa intimidad del pan que es la miga convertida en una suerte de erizo con púas monetarias expresa la mutación misma de las luchas que habrán de venir. Regresar “al pan, pan….”, expropiando la miga de todo valor que niegue la fuente misma de los valores últimos que nos ponen ante nosotros mismos, alejando lo extraño y acercando lo propio.